lunes, 16 de septiembre de 2019

Dime Tú. Nª3

Inolvidable

Imposible olvidar el verano que pasamos juntos. Las flores como tú y los bichos como yo conviven en esta estación, ya que sólo parecen juntarse cuando ambos se han de dar calor.

Dios no acuesta a nadie

Sin vivir me acuesto. Sin vivir me levanto. Con tu recuerdo y, joder me espanto.


Quien bien te quiere te hará llorar volar.

La mujer española nunca mea sola hace callar sola.

Me has de hablar más para ir actualizando mis fondos de corazón.

La vida son dos risas.


El cansino histérico

Deje su mensaje después de la señal: shhhh (mandar callar en la resaca). Así quinientas veces al día siguiente de la mejor fiesta contigo.

Pesadumbre

Escucho las canciones que ese día escuché, para intentar acostumbrarme y no sentir nostalgia cada vez que las escucho.
Asquerosa sensación de tristeza porque para bien o para mal el pasado no vendrá de nuevo a tocar a nuestra puerta. Bebo lo que bebí entonces. Paso por donde pasé entonces, allí donde hubo movimiento en mi corazón. Plazas, puentes, bares...
Y como sin ganas. Y no puedo conciliar bien el sueño por miedo a encontrarte en él.

Nuestras quedadas

Componer una canción en la madrugada, momentos después a la tormenta de hidalgos y esas llamadas al cuenta-penas entre nosotros y al de verdad.

Alerta tóxinas

Como el vagón del metro que hay algunos que se abren solos sin que nadie entre ni salga; ese es nuestro vagón. El vagón en el que estuvimos encerrados juntos. Sin hacer caso del exterior y a veces tampoco a lo que teníamos allí dentro. Las puertas se fueron cerrando hasta que tanta tensión hizo parar el tren. Ahora, que corrí hacia las puertas y me las cargué, sin más. A ver quién es el valiente que vuelve a entrar.


Hay quien no se calla ni bajo unos labios besando.

Las matas acariciando.

El amor nos vuelve cuerdos, pero no cambiemos la o por la a. Sin cuerdas hay paraíso.

Se me queda la boca pequeña de no darnos besos ni decirnos te quieros.


Cualquier plan está bien

Los reflejos de las luces de los coches sobre el pavimento, la llovizna calabobos encharcando mis gafas, el frío haciéndose turujo en la garganta y metiéndose hasta en el alma.
Y saber que llegaré a casa y no tendré con quien quejarme del tiempo, pegarme, abrigarme y calentarme en todos los significado de aquellos tres términos que me parecen tan lejanos.
Si fuésemos churri y churri podríamos sentarnos en el sofá y llorar con alguna película si te van los clásicos, si no podemos recurrir a la metáfora o a la metafísica y rayarnos frente a la ventana viendo llover sin mojarnos, ajenos al problema, de las inundaciones, las incomunicaciones y tanto que sale en los telediariosaunque sea por un momento. También sino, si son los juegecitos lo que te gusta podemos escoger cada uno una gota de la ventana y hechar una carrera. El premio somos nosotros.

Alimentame tú que sólo no puedo

Sé que me han dicho que el azúcar moreno es malo pero me recuerda a las canas que nunca te veré. El moreno igual me recuerda a tu pelo, tu tez y tus ojos. Vaya donde vaya, haga lo que haga ahí te voy a creer ver. Y ojalá te encontrara, de verdad.

Amanecer

Y me despierto y aquí son todo pajaritos, campanas y un viejo fantasma; tu respiración. Me imagino que está acechando, bajo las mantas el desayuno en la cama: Su aliento en mi nuca y ambos sentir la presencia del otro. Su vida. Mi vida. Dos vidas, acompañadas de unos besos pasionales de entrante y postre en las cinco comidas.

No somos nada

No he venido pa cambiarte la vida. Tu vida es tuya y eres libre, o eso al menos es lo que nos dicen, por quedar, queda bonito. No me incorporo a tu grupo de amigxs. No digo que juntemos nuestras vidas. No voy añadir en esto de la vida más ataduras.
Tú tienes la tuya y yo la mía, pero ahora podemos decidir el cuándo, dónde y cómo nos cedemos confianza, planes y sobre to alcoholes de 90% pa curarnos las heridas —y seguir hacia delante si queremos— pa perdernos en este universo tan grande.

¿Qué hace un frío corazón como el mío en una mente como esta?

Yo no te deseo porque te quiero, y te quiero porque eres libre.

Para mí cerca es cualquier sitio en el que nos podamos querer y decir te quiero.

Los besos que fueron para mí no tenían porque haberlo sido, pero por tu mal gusto me elegiste entre millones de labios.

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