lunes, 9 de septiembre de 2019

Dictadora de (por) vida

Oscuridad de nuevo. Puerta cerrada. Noche todavía no ha llegado, pero con persiana bajada ya lo es en mi cuarto. Para que seguir despierto, comiéndome el tarro sobre si hago esto, si pienso eso, si dijo eso otro... Agujeros en la persiana dejan entrar un poco de luz, pero no es suficiente para la claustrofobia que tengo. Encerrado en cubo redondo en el que no hay nada para concentrarme, ni olores, ni objetos a los que mirar, ni tacto alguno ya que estamos de mudanzas metafóricas, y me niego a volver a pensar. Ya me se lo que viene y no me gusta. Me inyectan un veneno, que me convierte en esclavo y pienso todo lo que quieres que piense, y escribo todo lo que quieres que escriba. Otra vez te sales con la tuya. Subo la persiana, abro la puerta de mi pensamiento, me lavo la cara y te maldijo por una noche más en Candela.

                                                                                                                                                           2018

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