miércoles, 1 de mayo de 2019

Excitación

Cansados de besos en la mejillas, sus bocas se fueron acercando hasta darse un tímido beso. Apenas sabían lo que hacían; fruto de un impulso fugaz, porque de haberlo pensado ninguno se hubiese atrevido. Pero una vez empezado, el nervio contenido que ambos tenían se vio desatado.
Ella le quitó la coleta y cosió sus finos y blanquecinos dedos entre su larga cabellera.
Él la empezó a acariciar la cintura y fue bajando sin darse cuenta, hasta rozar sus escasos glúteos enfundados en unas mallas negras
El beso se paralizó, y pudo observar sus ojos marrones a juego con los suyos durante un par de segundos, tiempo en que se disculpó diciendo que en ningún momento le había mirado el culo. No sabía qué podía habérsele pasado por la cabeza. No hay disculpas, haz lo que quieras.
Él le lamió con los dedos los largos mechones negros de su larga cabellera mientras su vaquero seguía igual que antes; nada apretado.
La levantó y la subió a su cintura. Ambos pechos se vieron fundidos en uno, y estuvieron así varios minutos, hasta que se dieron cuenta de dónde estaban.
Podemos seguir en mi casa si quieres. O en la mía. Aunque esta semana mamá me ha mandado muchas cosas, y además me gustaría sacar tiempo para ir a darme un masaje. Sabes que puedo dártelos yo. Pues ya sabes dónde suelo estar. No pudieron evitar soltar una pequeña risa. Él se miró el pantalón vaquero a la altura de la cremallera.
No sé de qué me rio. ¿Has dicho algo? Qué no sabes cuanto te quiero.

                                                                                                                                                           2018

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