martes, 5 de marzo de 2019

Semáforo

Voy caminando de pie sobre mis dos piernas. Un pie toca el suelo, acompañado del compás cuatro por cuatro del siguiente. Miro al suelo y para adelante. Al suelo y para adelante. No quiero chocarme contra las personas, ni tampoco con lo que pueda encontrarme en el suelo. Llego a un paso de cebra, y el semáforo está verde parpadeante. ¿Cruzo o no cruzo? no había andado por el arcén en Google Maps para encontrarme con este contratiempo. Decido pasar. A mitad entre una orilla y la otra se pone en rojo. Me paro un par de segundos en mitad del paso de peatones. La gente me mira como si fuese la cebra del paso, y careciese de rayas. ¿A qué cera vuelvo? Decido arriesgarme pese a todo, y llegar al otro lado. Los conductores me acosan con sus miradas y ametrallan con el claxon mis sensibles tímpanos. Los coches se me van a echar encima con su música estruendosa. Con sus ojos blancos me deslumbran y... He llegado.

                                                                                                                                                           2018

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